México cerró el 2009 con un hecho sin precedentes en la historia de nuestro país, e incluso de Latinoamérica, en el Distrito Federal se reformaron artículos del Código Civil a fin de permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo , así como la adopción para estas parejas, un avance significativo en la universalización de los derechos humanos, una contribución a la cultura de aceptación de la diversidad, así como al reconocimiento y respeto por las diferencias, garantizando así pleno ejercicio de los derechos civiles para todas y todos los habitantes de la Ciudad de México en igualdad de condiciones.
Como era de esperarse la iglesia católica, así como las iglesias evangélicas, y el ala más conservadora de la población defeña puso el grito en cielo, y se hicieron de palabras, manifestando ante los medios sus posturas obviamente en contra de los matrimonios entre homosexuales, tachado por altos mandos eclesiásticos como una aberración, un atentado contra la familia y peor aun, que la adopción por parte de estas parejas era una violación al derecho de los niños y niñas a tener un papá y una mamá.
Yo le pregunto a Norberto Rivera Carrera, Cardenal y Arzobispo Primado de México, quien tacha de aberración la sola idea de que los homosexuales pudieran casarse y adoptar niños, a Onésimo Cepeda, Obispo de Ecatepec, quien calificó de estupidez este tema, a Jorge Serrano Limón, Titular de Provida, que montó un numerito frente a la sede de la asamblea legislativa del Distrito Federal donde rezaron un rosario por el veto de esta reforma por parte de Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno Capitalino, a Mariana Gómez del Campo, presidenta del PAN del DF y diputada local, la principal opositora en la legislatura a esta ley y que ha intentando mover cielo, mar y tierra por tirar esta reforma, así como a todos los que los secunda ¿Quién les dijo que para que los mexicanos podamos ejercer nuestros derechos, no solo con respecto a este tema si no de manera general, se necesita de la aprobación y el visto bueno de ustedes?
Y es que señores, esto no es una cuestión de consenso ni de mayorías, es una cuestión de pleno ejerció de los derechos civiles de las personas, derecho que la ley confiere y las autoridades deben garantizar, los cuales poseen la característica de ser inalienables y no tendrían por que estar sujetos a aprobaciones, forman parte integral de las garantías individuales de libertad, respeto y no discriminación que respaldan al mexicano, por el simple y sencillo hecho de serlo.
Es menester estar consientes de que el único camino para ser una sociedad mas justa, incluyente e igualitaria es la garantía jurídica y legal para el sano esparcimiento de la población en mismidad de circunstancias, y la aprobación en el DF de los matrimonios para todos, sin distingo de preferencias sexuales, es un avance rotundo en pro de conseguir esa sociedad a la que aspiramos y merecemos, esa sociedad que hemos ido construyendo a lo largo de nuestro actuar muchos mexicanos libres y pensantes que conservamos la justa y sincera esperanza de un país mas digno y justo con su población.
Basta ya de la iglesia intervencista, basta ya del yunque de la derecha extrema, es tiempo de reconocer y festejar la diversidad, y sobre todo, de que las legislaturas respalden todos y cada uno de los derechos de la personas en igualdad de circunstancias. La iglesia carece de toda autoridad moral parea juzgar a alguien cuando la corrupción, la degradación de la persona y la política del miedo son sus principales armas, quien diablos es la iglesia para tildar de peligrosos a los homosexuales con respecto a la adopción, aseveración sin fundamento alguno, quienes son verdaderamente peligrosos son algunos curas que violan y manipulan a niños abusando de sus posición y de la ignorancia o fe ciega de sus padres y el contubernio y complicidad de las autoridades civiles.
Cabe destacar que esta iniciativa fue impulsa por la bancada del PRD, mientras que la bancada del PAN muestra una postura radical en contra de la misma, y a su vez el PRI se encuentra dividido, como es de esperarse difícilmente estas reformas se harán extensivas a todo el territorio nacional en el corto plazo, puesto que la mayoría priista en casi todos los congresos estatales ha mostrado ser retrograda en lo referente a este tipo de iniciativas y fiel a las ordenes emitidas desde el pulpito.
Las reformas son básicamente a seis artículos del Código Civil, especialmente el 146, se modificó el tradicional “el matrimonio es la unión libre entre un hombre y una mujer”, ahora es “la unión libre de dos personas” y al artículo 391, con respecto a la adopción, ‘podrán disfrutar también las parejas del mismo sexo’.
Finalmente este es sin duda alguna un paso adelante en la construcción de un México verdaderamente moderno y diseñado por y para la gente del Siglo XXI, es época de cambio de paradigmas y debemos estar dispuestos a asumirlo.
Como era de esperarse la iglesia católica, así como las iglesias evangélicas, y el ala más conservadora de la población defeña puso el grito en cielo, y se hicieron de palabras, manifestando ante los medios sus posturas obviamente en contra de los matrimonios entre homosexuales, tachado por altos mandos eclesiásticos como una aberración, un atentado contra la familia y peor aun, que la adopción por parte de estas parejas era una violación al derecho de los niños y niñas a tener un papá y una mamá.
Yo le pregunto a Norberto Rivera Carrera, Cardenal y Arzobispo Primado de México, quien tacha de aberración la sola idea de que los homosexuales pudieran casarse y adoptar niños, a Onésimo Cepeda, Obispo de Ecatepec, quien calificó de estupidez este tema, a Jorge Serrano Limón, Titular de Provida, que montó un numerito frente a la sede de la asamblea legislativa del Distrito Federal donde rezaron un rosario por el veto de esta reforma por parte de Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno Capitalino, a Mariana Gómez del Campo, presidenta del PAN del DF y diputada local, la principal opositora en la legislatura a esta ley y que ha intentando mover cielo, mar y tierra por tirar esta reforma, así como a todos los que los secunda ¿Quién les dijo que para que los mexicanos podamos ejercer nuestros derechos, no solo con respecto a este tema si no de manera general, se necesita de la aprobación y el visto bueno de ustedes?
Y es que señores, esto no es una cuestión de consenso ni de mayorías, es una cuestión de pleno ejerció de los derechos civiles de las personas, derecho que la ley confiere y las autoridades deben garantizar, los cuales poseen la característica de ser inalienables y no tendrían por que estar sujetos a aprobaciones, forman parte integral de las garantías individuales de libertad, respeto y no discriminación que respaldan al mexicano, por el simple y sencillo hecho de serlo.
Es menester estar consientes de que el único camino para ser una sociedad mas justa, incluyente e igualitaria es la garantía jurídica y legal para el sano esparcimiento de la población en mismidad de circunstancias, y la aprobación en el DF de los matrimonios para todos, sin distingo de preferencias sexuales, es un avance rotundo en pro de conseguir esa sociedad a la que aspiramos y merecemos, esa sociedad que hemos ido construyendo a lo largo de nuestro actuar muchos mexicanos libres y pensantes que conservamos la justa y sincera esperanza de un país mas digno y justo con su población.
Basta ya de la iglesia intervencista, basta ya del yunque de la derecha extrema, es tiempo de reconocer y festejar la diversidad, y sobre todo, de que las legislaturas respalden todos y cada uno de los derechos de la personas en igualdad de circunstancias. La iglesia carece de toda autoridad moral parea juzgar a alguien cuando la corrupción, la degradación de la persona y la política del miedo son sus principales armas, quien diablos es la iglesia para tildar de peligrosos a los homosexuales con respecto a la adopción, aseveración sin fundamento alguno, quienes son verdaderamente peligrosos son algunos curas que violan y manipulan a niños abusando de sus posición y de la ignorancia o fe ciega de sus padres y el contubernio y complicidad de las autoridades civiles.
Cabe destacar que esta iniciativa fue impulsa por la bancada del PRD, mientras que la bancada del PAN muestra una postura radical en contra de la misma, y a su vez el PRI se encuentra dividido, como es de esperarse difícilmente estas reformas se harán extensivas a todo el territorio nacional en el corto plazo, puesto que la mayoría priista en casi todos los congresos estatales ha mostrado ser retrograda en lo referente a este tipo de iniciativas y fiel a las ordenes emitidas desde el pulpito.
Las reformas son básicamente a seis artículos del Código Civil, especialmente el 146, se modificó el tradicional “el matrimonio es la unión libre entre un hombre y una mujer”, ahora es “la unión libre de dos personas” y al artículo 391, con respecto a la adopción, ‘podrán disfrutar también las parejas del mismo sexo’.
Finalmente este es sin duda alguna un paso adelante en la construcción de un México verdaderamente moderno y diseñado por y para la gente del Siglo XXI, es época de cambio de paradigmas y debemos estar dispuestos a asumirlo.
ALFREDO COBOS