El mundo se encuentra envuelto en una vorágine que no deja espacio para opciones distintas, tal pareciera que existe solo una manera de llevar las riendas económicas de los países, México no está exento de ello, vivimos bajo políticas y preceptos que no han sido diseñados para nosotros, se trata de una generalidad inmensa y exhaustiva que está llevando al mundo a su autodestrucción, el tan prometido mundo del futuro que está acabando con el futuro del mundo.
A este pensamiento predominante y cuasi obligatorio se le denomina neoliberalismo, se entiende así como un modelo económico que busca bajo toda circunstancia que las decisiones de política económica se tomen en el mercado, que sea el mercado y no el estado el ente que controle la vida no solo económica, sino también social y política de los países a voluntad de las grandes corporaciones y las organizaciones internacionales, que controlan las economías de los países pobres a su conveniencia, y obviamente con ello minimizar al estado y a los ciudadanos a simples espectadores del devenir económico.
Los defensores de este modelo económico argumentan que el neoliberalismo es la opción para erradicar la corrupción de los gobiernos, Lorenzo Meyer expone que en los países centrales, el neoliberalismo surgió como una visión de la economía, la sociedad y el individuo, que proponía el abandono, por ineficientes, corruptos y corruptores, del Estado interventor y del Estado de bienestar (Ensayo "Liberalismo autoritario. Las contradicciones del sistema político mexicano.") , en la practica el neoliberalismo ha demostrado tener un efecto muy contrario a sus propuestas teóricas.
Pero ¿Qué es y cómo surge el neoliberalismo que hoy conocemos?, la gran transformación del mundo hacia el modelo neoliberal se dio a finales de los años 70´s impulsado principalmente por Margareth Tatcher la primer ministra inglesa y Ronald Reagan el entonces presidente estadounidense, quienes enarbolaron muy orgullosos una serie de políticas novedosas que según ellos revolucionarían al mundo, estos preceptos ideados en lo que se llamo el consenso de Washington, llegaron para quedarse.
En México el neoliberalismo comenzó de lleno con el gobierno de Salinas de Gortari, quien desarrollaría junto con sus amigos tecnócratas egresados de la escuela de Chicago, un conjunto de reformas que vinieron a convertir a nuestro país en el paladín de la apertura económica y a la Bolsa Mexicana de Valores en el sitio numero 5 de los mercados financieros más rentables del mundo, el gusto duró muy poco y tras las crisis del 94 y el error de diciembre quedaron evidenciados todos y cada uno de los defectos del neoliberalismo, que triste y desafortunadamente no son pocos, y hasta hoy continuamos padeciendo, situación que no cambiará hasta que se reforme el modelo, de lo contrario estamos destinados, sin ánimos de ser pesimista, al subdesarrollo, la pobreza extrema e invariablemente a la desestabilización social producida por las cada vez mas enraizadas brechas sociales.
La definición oficial extraída de Historia del origen del término "neoliberalismo" de Enrique Guersi (2004) dicta textualmente:
El término neoliberalismo, proviene de la abreviación de neoclassical liberalism (liberalismo neoclásico), es un neologismo que hace referencia a una política económica con énfasis tecnocrático y macroeconómico que considera contraproducente el excesivo intervencionismo estatal en materia social o en la economía y defiende el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país, salvo ante la presencia de los denominados fallos del mercado, que se reducen en ocasiones a monopolios naturales del estado.
Entre sus características básicas resaltan la implantación generalizada de las siguientes políticas económicas:
• Políticas monetarias restrictivas: Aumentar tasas de interés o reducir la oferta de dinero. Con ello disminuye la inflación y se reduce el riesgo de una devaluación. No obstante con ello se inhibe el crecimiento económico ya que se disminuye el flujo de exportaciones y se perpetúa el nivel de deuda interna y externa denominada en monedas extranjeras. Así mismo, se evitan los llamados ciclos del mercado.
• Políticas fiscales restrictivas: Aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir los impuestos sobre la producción y la renta; eliminar regímenes especiales; disminuir el gasto público. Con ello se supone que se incentiva la inversión, se sanean las finanzas públicas y se fortalece la efectividad del Estado. No obstante no se distingue entre los niveles de ingreso de los contribuyentes, donde unos puede pagar más impuestos que otros, y se grava a las mayorías mientras que se exime a las minorías, deprimiéndose así la demanda, si bien se busca apoyar la oferta, buscando el bienestar de toda la sociedad. Tampoco se reconoce que el gasto público es necesario, tanto para el crecimiento como para el desarrollo (comparar históricamente ejemplos de países industrializados); para la protección de sectores vulnerables de la economía y la población; y para la estabilidad social y económica en general.
• Liberalización: Tanto la liberalización para el comercio como para las inversiones se supone que incentivan tanto el crecimiento como la distribución de la riqueza, al permitir:
1. Una participación más amplia de agentes en el mercado (sin monopolios u oligopolios),
2. La generación de economías de escala (mayor productividad),
3. El aprovechamiento de ventajas competitivas relativas (mano de obra barata, por ejemplo),
4. El abaratamiento de bienes y servicios (al reducirse costos de transportación y del proteccionismo), y
5. El aumento en los niveles de consumo y el bienestar derivado de ello (en general aumento de la oferta y la demanda en un contexto de «libre» mercado, con situaciones de equilibrio y utilidades marginales).
• Privatización: Se considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes que los públicos y que el Estado debe adelgazarse para ser más eficiente y permitir que el sector privado sea el encargado de la generación de riqueza.
• Desregulación: Se considera que demasiadas reglas y leyes inhiben la actividad económica y que su reducción a un mínimo necesario (sobre todo la garantización del régimen de propiedad y de la seguridad) propician un mayor dinamismo de los agentes económicos.
En todos los casos, los teóricos denominados neoliberales afirman que la mejor manera de alcanzar la distribución de la riqueza y el bienestar de los individuos es mediante un crecimiento total del producto, que por su propia dinámica permea al total de los integrantes de la sociedad (la llamada trickle down policy); como liberales promueven «mediante el beneficio individual, alcanzar el beneficio de toda la sociedad».
Después de la descripción técnica expuesta anteriormente, es tiempo de analizar y contrastar con la realidad el modelo económico neoliberal. A continuación pretendo rebatir cada una de las políticas enlistadas anteriormente.
La primera de ellas, las políticas monetarias restrictivas representan la esencia fundamental del neoliberalismo, la especulación financiera, un entorno económico donde el capital y los rendimientos de este a costa del bienestar es la piedra angular del modelo, nada importa más que los intereses que generen los grandes capitales sin necesidad de llevarlos al terreno productivo, si no que mediante juegos financieros especular con monedas y generar las mayores ganancias para las grandes corporaciones y sus magnates dentro de mercados financieros absolutamente desregulados, sin necesidad de pagar impuestos por ello.
El siguiente tema a cuestionar es uno de los más importantes, y que en definitiva se traduce en el bolsillo del ciudadano común, las políticas fiscales restrictivas, dentro del modelo neoliberal se busca gravar con más impuestos el consumo, sobre todo el consumo básico y de servicios, con lo cual se evita el acceso de las familias a una mayor calidad de vida, a lo largo del tiempo se ha podido observar que con este modelo cada vez pagamos más impuestos los mismos contribuyentes de siempre, los trabajadores, las clases medias y bajas, la pequeña y mediana empresa, mientras que los ricos y las grandes empresas se complacen de los privilegios fiscales que los gobiernos neoliberales les conceden. Como si el gravar injustamente al más desprotegido a favor de los poderosos fuere poco, este modelo exige una disminución considerable del gasto público, disminuyendo así la inversión en educación pública, en seguridad social y en el desarrollo de las comunidades rurales y de los grupos vulnerables, trayendo esto consigo una profundización de las brechas sociales y de la miseria y pauperización de los ciudadanos.
La liberalización de la cual se enorgullecen los neoliberales es en México una falacia más del sistema, decir que con este modelo económico se evitan los monopolios y oligopolios es querer tapar el sol con un dedo, cuando que a raíz de la implantación del neoliberalismo en nuestro país, este es el reino de la oligarquía y la carencia total de competencia. La creciente fortuna de las poquísimas familias que acaparan la mayor parte de la riqueza del país y la cifra de pobres en constante crecimiento, vienen dando al traste con el hito neoliberal de que en la medida que los particulares obtuvieran mayores beneficios económicos, redundaría en beneficios para toda la comunidad, provocando así la adecuada distribución de la riqueza, un argumento irrisorio cuando el modelo prioriza lo financiero por encima de lo económico.
La privatización es otro paradigma neoliberal que la realidad derrumba de manera aplastante, el delegar a particulares funciones que competen al estado y que son causa de éste, termina disminuyendo aun mas al estado y sobre todo dando al traste el poder que tienen las familias de acceder al bienestar social a través de los servicios que ésta brinda, haciendo más ricos a los ricos, que compran las empresas estatales en gangas y que después explotan como se les da la gana, puesto que especulan vilmente con los precios de los servicios básicos que el estado les regala y que son básicos e irrenunciables para la vida de los ciudadanos.
Uno de los mayores males del neoliberalismo es su tan amada desregulación, los neoliberales detestan las leyes, le tienen fobia al estado de derecho, no están dispuestos a supeditar su actuar a un conjunto de reglamentos que nivelen la balanza entre los poderosos dueños del capital con el resto de los ciudadanos y las actividades económicas, prueba de ello son los mercados financieros, que al estar completamente desregulados causan crisis financieras que desestabilizan las economías nacionales, destruyen monedas y derriban gobiernos.
Es así como el neoliberalismo, a través de sus políticas, ha logrado no solamente invadir las esfera económica, si no trasladar su influencia a casi todos los sectores de la vida, en México, el neoliberalismo baña con su ideología la educación, las políticas públicas y obviamente el sistema político. El pensar que limitar la vida nacional a los preceptos neoliberales llevara a nuestro país por la senda del progreso, es un simple eufemismo para disfrazar de bondad el interés desmedido de los grandes capitalistas por maximizar sus utilidades a costa de los pobres, de la pequeña y mediana empresa, de las clases medias y bajas, que a causa de este modelo, no tienen acceso a opciones de movilidad social, si no que estamos condenados inexorablemente a ser explotados, a subirnos a la ola neoliberal, eso en el mejor de los casos, o que simplemente los más desprotegidos sean borrados del mapa.
Un panorama tan sombrío, es muestra, por un lado, de mi dramático pesimismo, pero también es sin duda alguna, una realidad posible y absolutamente probable. De continuar como hasta ahora, los ciudadanos del mundo que no poseemos los recursos económicos suficientes para valer en este modelo económico, o peor aún, que nos atrevemos a pensar diferente, nos veremos, en uno u otro sentido, absorbidos por este monstruo de las grandes corporaciones, es tiempo de que el mundo se dé cuenta que este modelo caníbal nos está llevando a la autodestrucción, los ricos también deben notar que necesitan de los pobres, tanto para poner a trabajar su riqueza como para hacerla mas grande, pero esa colaboración debe darse en un entorno nivelado, donde el estado sea garante de la absoluta justicia para todos los sectores, donde un estado democrático provea a sus ciudadanos de condiciones de desarrollo tanto económico como social, en un marco de progreso común, seguridad pública y calidad de vida.
El mundo necesita cambiar, los ciudadanos necesitamos que México cambie, debemos dar la lucha, pero una lucha organizada, pacifica e inteligente, que no promueva un cambio drástico ganando batallas a través de la violencia, si no pequeñas conquistas que devuelvan al estado y al pueblo el poder de decisión sobre la vida pública nacional, constituir gobiernos verdaderamente democráticos que atiendan a la voluntad de sus gobernados y no a la de los grupos de poder que sobre él se erigen, deslindar las decisiones de estado de los poderes facticos y económicos y acercarlas al pueblo, que es donde reside el verdadero poder, hacer que el estado voltee más hacia abajo, para ver la voluntad de sus gobernados, y menos hacia arriba para ver el mandato de los que gobiernan al estado a su entero antojo.
Por: Alfredo Cobos.
Bibliografía:
• Guersi, Enrique (29-09-2004). . CATO Institute. Historia del origen del término "neoliberalismo".
• Meyer, Lorenzo "Liberalismo autoritario. Las contradicciones del sistema político mexicano." Ed. Océano de México, Primera edición, 1995, México.
• George, Susan “BREVE HISTORIA DEL NEOLIBERALISMO: veinte años de economía de elite y las oportunidades emergentes para un cambio estructural.” *Conferencia sobre Soberanía Económica en un Mundo Globalizado. Bangkok, marzo 24-26, 1999. http://www.millennium-round.org/