En la etapa de los negocios que vivimos hoy día, donde la información puede ser elevada al rango de factor de la producción para muchas empresas, es fundamental hablar acerca de la protrección de la propiedad industrial, porque el tema resulta interesante en demasía y sobre todo muy actual, pero podríamos deducir, a raíz del título de éste articulo, que carga una composición emocional y casi esquizofrénica acerca de la actividad industrial, es decir, pareciera existir un psicosis relacionada con el manejo de la información y de los secretos industriales.
Para comenzar el análisis me parece relevante destacar el papel fundamental de la información hoy en día en el entorno empresarial, una patente, un know how, pueden convertirse en la ventaja competitiva que le permita una empresa diferenciarse del resto y maximizar sus utilidades. Es por ello que representan uno de los elementos más atesorados por las organizaciones.
Para el resguardo adecuado de la información privilegiada, las organizaciones pueden adoptar diversas medidas internas, desde sistemas cerrados, casi secretos, de información, hasta claves estratégicas para el desempeño de sus labores. Pero sin duda, las medidas más razonables, económicas y efectivas, son las que tienen que ver con los registros ante las instancias legales correspondientes.
En México la Ley de la Propiedad Industrial y su respectivo reglamento protegen la información de las organizaciones, que incluye las invenciones, los modelos de utilidad, los diseños industriales, los secretos industriales, las marcas, los avisos, los nombres comerciales, los procedimientos administrativos, entre otros aspectos. Para ello, se cuenta con el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) que se encarga del registro e inspección de la información, así como de ejecutar las infracciones y sanciones administrativas a que haya lugar cuando se cometan delitos contra la propiedad industrial de particulares.
De igual modo, el marco jurídico mexicano, a través del Ley Federal del Trabajo, prohíbe a los empleados la divulgación de secretos industriales y demás información privilegiada de la empresa a que tenga acceso por el desempeño de su trabajo, dando al patrón la facultad de despedirlo por incurrir en éste tipo de faltas y, obviamente, poder proceder legalmente en su contra.
Es así como la información se ha convertido en un recurso más de la empresa, sin el cual las organizaciones no podrían funcionar y cumplir sus objetivos, es por ello, que resulta de suma importancia protegerla de la mejor manera posible, permitiéndole esto a la empresa, acrecentar sus ventaja competitiva con respecto al mercado, a través de la innovación en productos, servicios y procesos.