Cuando
escuchamos la palabra emprendedor, la gran mayoría de la gente la relacionamos
con los jóvenes, culturalmente éste
término se asocia con el inicio de aventuras de negocio a una edad
temprana, pero, nadie ha dicho que los negocios sean veinteañeros, mucho menos
que emprender sea cuestión de edad, por el contrario, México necesita de una
cultura emprendedora que permeé en todas las generaciones que integran nuestra
sociedad, particularmente, en dos sectores estratégicos hasta hoy desatendidos,
los niños y los adultos mayores.
En
los niños hay que fomentar una actitud emprendedora y de negocios, mientras que
para los adultos mayores hay que establecer esquemas competitivos que propicien el desarrollo de
opciones de autoempleo rentables. El primer paso de ésta estrategia consiste en
poder identificar cuáles son tus principales habilidades, saber para qué cosas
eres bueno, y sobre todo, con cuáles de ellas disfrutas más.
Seguramente,
después de los 50 años tienes toda una vida laboral que te respalda, además de
una tremenda experiencia que te pone en situación de ventaja con respecto a los
jóvenes, todo ello aunado a una red de contactos muy amplia, ya que a lo largo
de los años has conocido a muchísima gente que hoy día podría ser tu cliente,
tu socio o incluso tu proveedor.
Si
a lo anterior añadimos el hecho de que si eres jubilado dispones de mucho
tiempo libre y el de que ya no tienes a tu cargo responsabilidades tan
apremiantes como el cuidado de los hijos, entonces basta decir que estas en un
momento perfecto para emprender y retomar tu independencia financiera.
Para
iniciar un negocio debemos siempre pensar en la necesidad que viene a satisfacer
en un mercado específico, siendo éste aspecto el que constituye el paso dos de
la estrategia, seleccionar una idea de negocio que combine lo que a ti te gusta
hacer con lo que el mercado está demandando. Encontrar oportunidades de negocio
es muy fácil, muchas de las necesidades de las personas están a la vista, y a
veces por ser tan obvias no las notamos, pero ejemplos claros pueden ser la
elaboración de comida casera para llevar, reparación de muebles de madera a
domicilio, confección y venta de ropa tejida o incluso puedes vender productos
por catalogo.
Al
iniciar tu negocio plantéate metas alcanzables, como por ejemplo el número de
clientes al mes y el monto de ingresos a percibir, dota de valor a tus
productos personalizándolos en función de las necesidades del cliente y arma un
plan para promocionarte.
Finalmente
el paso tres consiste en arrancar tu negocio, para ello debes conservar una
importante dosis de motivación y fortaleza mental. Al echar a andar tu proyecto
contempla una inversión que no lastime tu economía y mucho menos que ponga en
riesgo el poder cubrir tus gastos generales, ten en cuenta que todo inicio es
complicado, pero bien vale la pena correr el riesgo, recuerda que los negocios
tienen una parte muy emocionante que te hará sentir productivo y que otra vez
vuelves a las grandes ligas.
El
mejor momento para emprender siempre será ahora, lo tienes todo para que con 50
años o muchos más logres tu independencia económica, te integres al sector
productivo y mejores tu calidad de vida, a la vez que realizas una actividad
que te gusta y por la que además te pagan.
Así que abuelitos su mejor momento es éste aprovéchenlo haciendo
negocios y ganando dinero.
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